LA PICHANGA


Después de haber anotado su tercer gol, Paco ya era el héroe de su equipo, había empatado el partido en los primeros veinte minutos del segundo tiempo, en una mezcla de precisión, torpeza y buena suerte estaba llevando a su equipo a la victoria. 

 

Los últimos minutos fueron decisivos, el partido estaba para cualquiera, la presión desbordaba por las bandas y la pasión por las tribunas, no hay duda que el futbol trae una excitación especial a los aficionados. Y es que en las pichangas de barrio no hay empates, se juegan "los extras", "el gol gana" y si la situación lo demanda: los penales, eventos que hubieran acontecido con excelsa emoción si es que Paco no hubiera anotado su cuarto gol en el partido, el gol que le dio la victoria a sus rivales y que lo convirtió en el villano de su equipo, y es que así es el futbol, y es que así... es la vida.

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