AGUA FRIA



Estaba sentado frente a la computadora, con la mente en blanco, pensando en todo el trabajo acumulado y el poco tiempo que tenía para realizarlo, Carlos no podía creer que el fin de semana se le haya ido en un abrir y cerrar de ojos y que le haya impedido cumplir con sus obligaciones de diseñador grafico en la agencia donde trabaja. El partido de fulbito, la salida al cine con Miriam, la resaca del sábado y el almuerzo con sus padres se llevaron el fin de semana y toda esperanza de entregar su trabajo a tiempo. 


El problema no era tanto el tiempo, era esa nube blanca llena de ideas vacías y sin alma que se amontonaban en su mente y maniataban su habilidad creativa.


La media noche llego sin anunciarse y la computadora esperaba en blanco frente a Carlos, mientras él boceteaba en decenas de hojas los diseños que pronto terminaban en el tacho de basura. Solo necesitaba una idea, un destello creativo, una forma, algunos colores para que juntos lograran la composición perfecta.


Llenaba ansioso su taza de café que de inmediato quedaba otra vez vacía, mientras maldecía el cine, sus pichangas y sus resacas, cuando de pronto una idea se formo en su mente al ver las manchas que dejó su taza de café en una servilleta y en uno de sus bocetos, los colores y las formas empezaron a fluir, el "Carlos Creativo" estaba de vuelta diseñando lo que sería la nueva imagen del Centro Comercial mas importante de su ciudad, proyecto que además era el impulso que necesitaba su carrera y el trabajo que le traería la remuneración que le permitiría ese viaje soñado a Francia.


Logró en las ocho horas restantes lo que debió haber hecho en una semana, era un diseño impresionante, la hora venia pegada así que presuroso se fue a la ducha.

 
Pensó que aunque el agua fría lo mantendría despierto, el agua caliente lo relajaría un poco y después combatiría el sueño y la mala noche con mas café.  A la mitad de la ducha el agua empezó a entibiarse hasta que quedo completamente fría, la electricidad se había ido. Carlos salió corriendo desnudo con el único deseo de encontrar su computadora prendida. Al llegar resbalando a su habitación encontró a su maquina muda y gris mientras que por debajo de su puerta ingresaba la notificación del corte del fluido eléctrico por deuda.


Impávido, frente a su ordenador Carlos recordó que había olvidado pagar sus recibos y guardar sus ocho horas de trabajo, la semana empezaba a correr y sus sueños a marcharse, el agua fría corría por la espalda de Carlos mientras maldecía el cine, sus pichangas y sus resacas.

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